jueves, 25 de febrero de 2016

La Flor

En medio de un extremoso lugar, ella se sentía hermosa, preparaba cada parte de sí para retoñar. Dejaba su escencia al aire, se preparaba para mostrar sus bellos colores pastel y la hermosa forma de sus pétalos. Era única y lo sabía, Dios se lo había dicho muchas veces, sabía que podía atravesar tempestades y encontrarse en pie sin perder ánimos de retoñar, siempre acompañada por Dios. Aprovechaba cada gota de lluvia al paso de una tormenta. Su fé era fuerte y a cada momento le agradecía a Dios por permitierle florecer, por las enseñanzas en cada tormenta.

Una tormenta de nieve llegó, ella concentrada en retoñar no se daba cuenta que comenzó a congelarse. Comenzó a cerrar sus pétalos y recoger su escencia, se volvió obscura y sombría. Perdió su objetivo y su fé se debilitó, se entregó al frío y poco a poco fue perdiendo color.

Mientras sentía el frío, recordó lo que le costó llegar ahí y que su creador jamás la había dejado sola y las veces que le había recordado cuando la amaba y lo orgulloso que estaba de su lucha por retoñar pese a las circunstancias del lugar, pese a cada tormenta y momento de sequía, ella siempre seguía intentando florecer, conservando su escencia y sus lindos colores.

Ella recordó lo que tuvo que pasar para llegar a donde estaba, recordó cuantas veces sintió que se rendía y tuvo fuerzas para seguí, la motivación de Dios para confiar y aprender de cada tormenta. Tal vez tomaría un poco más de tiempo esta vez, pero sería más fuerte al regresar.

Estoy segura.

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